terça-feira, 11 de outubro de 2011

Algún día San Roberto se marchará al cielo


Como suele decirse en algunas ocasiones, o mejor dicho queremos pensar para calmar nuestro sollozo y acrecentar nuestra esperanza, quienes mueren tardan días en marchar de entre nosotros, e incluso cuando marchan nos observan impasibles desde el cielo. Los cuerpos físicos vulnerables se convierten en ángeles poderosos que aun sin ser vistos nos protegen.  
Roberto, guardameta del Real Zaragoza, representa un caso curioso, es un ángel diferente, un ángel tangible, de los que quedan pocos, uno de esos ángeles que pueden verse, tocarse e incluso sentirse. Pero ese duende que le acompaña se acabará marchando, se irá alegando poco a poco…y ahí puede empezar el problema si el Real Zaragoza no está preparado, si el equipo aragonés no ha mejorado algunas cosas que debe mejorar.
Hoy quiero tener un pensamiento para el gran Roberto que se marchó de Portugal para regresar a la ciudad eterna de Zaragoza para inmortalizar en La Romareda su fútbol, su calidad, sus reflejos, su arte. El guardameta se siente seguro porque se sabe querido y respetado, porque sabe del amor incondicional de quienes le siguen. Es triste salir de un sitio cuando las cosas no han salido como era de esperar, pero el futbolista ha demostrado que si en Portugal no respondió a las expectativas no sólo fue responsabilidad suya. Aquí lo está haciendo como ya lo hizo antaño, luego algo ocurría en el país del pocos salen sin toalla que le llevo al fracaso. Pienso en ese portero valiente que abandonó su país con decisión y me alegro de su desengaño ya que esto le permitió volver a Zaragoza para colocarse unas alas que, colgadas en las vetustas perchas del vestuario zaragocista, esperaban a su dueño. Roberto es un ángel y él lo sabe, es el ángel que cuida de la portería del Real Zaragoza sin pedir nada a cambio, sin egoísmos y con total generosidad en el esfuerzo. Es un ángel sí, pero su duende, como ya afirmaba con anterioridad, se acabará machando.
Un gran portero es aquel capaz de parar lo que puede pararse, Roberto no sólo está cumpliendo con esta máxima sino que además está atajando lo que algunos ni tan siquiera pueden imaginar. Está llegando a lugares que otros desconocen, esta alcanzando pelotas envenenadas y atrapando sueños ajenos mientras devuelve a otros la ilusión. Está siendo perfecto en sus actuaciones y discreto en sus comportamientos, está siendo el mejor, el mejor de los mejores, el rey de reyes, el maestro de maestros, el protagonista de cuantos foros de fútbol se realizan en las tabernas. Pero dicho esto hay que señalar con preocupación que el Real Zaragoza es el equipo más goleado de primera división, el que más goles ha recibido en este arranque, concretamente 13, un más que el Osasuna y dos más que el Villarreal y el Espanyol. Dato negativo este, muy negativo. Es por esto por lo que afirmo que mucho debe mejorar el equipo en los próximos días si no queremos contemplar la muerte cuando a Roberto le abandone su ángel.

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